lunes, 8 de noviembre de 2010

BIENVENIDO, BENEDICTO.

"Bene (por Benedicto), vidi, vinci". Con esta frase la prensa británica resumía la visita del Papa a las islas británicas. Se trataba de una visita duramente criticada por algunos sectores, que, al escuchar a Su Santidad, cayeron rendidos ante esta mente tan lúcida y coherente. Aquellos que le criticaron y que dudaban de su presencia en el Reino Unido, al escucharle con la mente abierta dejaron caer sus prejuicios e, independientemente de sus creencias personales, se encontraron frente a un hombre que hablaba de Dios, y que llevaba un mensaje de paz y esperanza que no iba contra nadie. Un Papa que sufría ante determinados hechos cometidos a nivel individual por miembros de la Iglesia, pero que traía un mensaje de salvación revelador que llenaba de grandeza los corazones.
Pero claro, esta "oposición inglesa", por denominarla de algún modo, tiene una capacidad de escucha y una grandeza de miras de la que carece parte de nuestra izquierda (no toda, quizás hable de un sector no mayoritario).
Aquí se encendían hogueras, se alzaban clamores de tambores y se afilaban las lanzas ante la visita del sucesor de Pedro. Con la excusa de la financiación pública se disparaban condenas y sartas de disparates que llenaban periódicos, ondas y pulgadas televisivas. En algunos balcones colocan el "yo no te espero", y de forma directa, unos (los más sinceros) e indirecta otros (los más cobardes), sancionaban la visita de un hombre que venía a España a visitar a su comunidad y a regalarnos con su mensaje de amor a Dios y los hermanos, en dos lugares emblemáticos para católicos, cristianos y ciudadanos del mundo.
Pero estos catetos ideológicos no se daban cuenta de la trascendencia de una visita como esta. No sólo de la espiritual que es evidente, sino de la trascendencia mediática que tiene para una ciudad como Santiago o Barcelona y para toda España a nivel internacional (Antena 3 indicaba en su edición la noche del domingo que más de dos mil periodistas acreditados han cubrido la noticia y que más de 150 millones de espectadores han visto la consagración de la ya Basílica de la Sagrada Familia en todo el mundo) (No está mal para ser una misa ¿no?).
Barcelona, esa ciudad cosmopolita que fue imagen de modernidad y de apertura, se ha convertido en un lugar capital del sectarismo, del catetismo nacionalista y de la intransigencia contra otras culturas como la propia española. Un lugar de ha dejado de ser lo que era por culpa de unos políticos fanáticos que ha imprimido en ella una negativa imagen de discriminación y sectarismo contra todo lo que no sea "catalán". Esta imagen el Papa ha conseguido romperla en una visita de 24 horas, y nos ha mostrado un templo cumbre del arte moderno, que como todo lo católico es de todos y para todos.
Carcajadas me producían las declaraciones de un político de ERC (no recuerdo su nombre, porque lo vi en el telediario y no me quedé con él), que decía que "el Papa viene a apropiarse de este símbolo catalán (en alusión a la Sagrada Familia) y a monopolizar la imagen de Gaudí en favor de la Iglesia". Jajajaja. Como si la Sagrada Familia se hubiera construido para ser un auditorio donde estos politico-parlantes de pacotilla pudieran dar mítines independentistas o se celebraran conciertos de rock. No la ignorancia, sino la estupidez asumida como argumento, les impide ver que esta obra cumbre es una iglesia destinada al culto, y que el Camino de Santiago es algo más que un camino cultural, más que un recorrido de senderistas.
Cuanto les duele a estos laicistas radicales que este glorioso templo que se eleva al cielo como una oración, sea una basílica católica, creada y concebida por Antonio Gaudí, un profundo católico, que por vivir su fe con absoluto compromiso hasta el final de sus dias, está en proceso de beatificación.
Benedicto XVI comenzó su visita afirmando que a pesar de este laicismo beligerante que vive España, la fe debe buscar el encuentro y no el enfrentamiento entre lo laico y lo religioso.
Todos estos se quedaron con la primera parte del mensaje, no el de la busqueda del encuentro, y dijeron que era un insulto al laicismo.
A estos que tanto se llena la boca y se le vacía el bolsillo con la supuesta Alianza de Civilizaciones, bien podrían empezar dando un ejemplo de encuentro con la principal de ellas, con la cristiana.
Delirante era la portada del diario Público del domingo. Su titular lo decía todo: "El Papa viene en son de guerra", como si se tratara de una película de indios y de vaqueros (no se yo quien hace más el indio en esta historia)(bueno, sí que los sé). Y desternillante la foto que la acompañaba. Todo un ejemplo de lo folletinesco que es este periodico panfletista al servicio de un lobbie. Habían llevado a una pareja homosexual a una calle por donde pasaba la comitiva, y justo cuando pasaba el Papa le habían dicho que se besara para salir en la portada de este "diario" con un pie que decía "una pareja gay se besa al paso de la comitiva del Papa". Menudo rigor periodistico. Y yo me pregunto, ¿quien busca provocar y confrontar? Menos mal que el que tenga dos dedos de frente se reirá un rato y seguirá dedicando las páginas de este diario a limpiar cristales de coches y cosas de esas.
Como el Papa sólo ha hablado de los valores del amor, del Evangelio, de la familia y de la vida, se han tenido que esconder en algo en lo que los políticos siempre están muy obsesionados: las cifras.
Despues de hacer el ridículo con una manifestación en el centro de Barcelona contra la visita de Benedicto XVI que no llegó a los mil participantes (tan solo en la despedida al Papa en el aeropuerto había 1.500 personas), critican que en Santiago de Compostela no se llegara a la cifra de los 200.000 y que en Barcelona el Papa congregara a más de 500.000 personas en los actos que ha presidido. Ustedes me lo explicarán, porque yo no lo entiendo.
Es cierto que este Papa es menos "mediático" que Juan Pablo II, pero la verdad es que el Papa con su visita no buscaba cifras, a pesar de que no sólo muchísimos católicos se han congregado a verle, sino que su visita a reunido a millones de personas frente al televisor en España y el mundo.
Pero el Papa no ha venido a congregar a gente, sino a ser peregrino en esta tierra, en esta católica España, le pese a quien le pese.
Porque el dia que quieran hablamos de cifras, de católicos practicantes y de afiliados a partidos y sindicatos y todo eso. De que obras son razones y obras de caridad las que hace la Iglesia y no tanta verborrea de discurso social de algunos.
Benedicto XVI ha cerrado su estancia en España, precisamente en un centro de asistencia social de la Iglesia de los millones que hay repartidos por todo el mundo. Y allí ha vuelto a hablar en positivo, del amor, de la esperanza y del valor de la vida.
Nuestra "oposición laicista" ha vuelto a demostrar cuan cargada está de catetismo ideológico y que lejos está del laicismo británico y norteeuropeo. Ha vuelto a demostrar su bajeza intelectual ante los de aquel país que sí escucharon el mensaje de Benedicto XVI y se "quitaron el sombrero" ante la anchura de miras de nuestro Papa, independientemente de que comulgaran o no con su ideología. Aquí se han limitado a oponerse, incluso con violencia como la CGT en Cataluña, antes, durante y despues, a taparse los oidos y escuchar lo que tan sólo le dejaban escuchar sus "mentores" y a seguir en su "guerra laicista" a todo lo que suene a católico. Y este sector de nuestra sociedad, a diferencia del inglés y del tantos otros países donde no han podido menos que alabar las virtudes de este Papa en el que tan pocos creían al ser nombrado, no ha vuelto a estar "a la altura". Tan sólo hay que ver a nuestro presidente, que como indicaba algún diario hoy, ha salido corriendo a Afganistán. Un lugar que curiosamente no había visitado en cinco años, ha sido su escondite ante esta importante visita para España. Una muestra más de su falta de saber estar y un nuevo patinazo. Él sabrá. Ellos verán.
El día de "Todos los Santos" escuchabamos en el Evangelio de la Eucaristía aquello de "Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa". Eso es signo de que estamos en buen camino, de que las cosas se están haciendo bien, cuando tanto radical rebosa de rabia y de ira contra todo lo que hace la Iglesia. Hace falta un poquito más de cultura en nuestra sociedad, para que algunos entiendan, independientemente de sus creencias o no, el valor de la Iglesia, su papel en la busqueda de unos valores en una sociedad cada vez más descarnada y la defensa a través de la caridad y el amor de la vida, la dignidad humana y la dignidad social.
Precioso me ha parecido el rito de consagración de la basílica de la Sagrada Familia, y muy emotivas las imágenes de todo un Papa en la Catedral de Santiago como un peregrino más, en aquellos lugares y ritos que tan gratos recuerdos llevo en el corazón.
Olvidemonos de aquellos y quedémonos con las imágenes y palabras de este portador de esperanza. Vivamos en el optimismo de los hijos de Cristo y no en este odio visceral de algunos (gracias a Dios no son tantos, pero sí muy ruidosos y medíaticos).
Mientras nos quedamos con las palabras de este mensajero de paz y lo esperamos ansiosamente en las Jornadas Mundiales de la Juventud de este verano, que de nuevo convertirán a España en centro del catolicismo mundial:

"Me despido de vosotros dando gracias a Dios por vuestras vidas, tan preciosas a sus ojos, y asegurándoos que ocupáis un lugar muy importante en el corazón del Papa. Rezo por vosotros todos los días y os ruego que me ayudéis con vuestra oración a cumplir con fidelidad la misión que Cristo me ha encomendado. No me olvido tampoco de orar por los que están al servicio de los que sufren, trabajando incansablemente para que las personas con
discapacidades puedan ocupar su justo lugar en la sociedad y no sean marginadas a causa de sus limitaciones. A este respecto, quisiera reconocer, de manera especial, el testimonio fiel de los sacerdotes y visitadores de enfermos en sus casas,en los hospitales o en otras instituciones especializadas. Ellos encarnan ese importante ministerio de consolación ante lasfragilidades de nuestra condición, que la Iglesia busca desempeñar con los mismos sentimientos del Buen Samaritano (cf.Lc 10,29-37)" "Regreso a Roma habiendo estado sólo en dos lugares de vuestra hermosa geografía. Sin embargo, con la oración y el pensamiento, he deseado abrazar a todos los españoles, sin excepción alguna, y a tantos otros que viven entre vosotros, sin haber nacido aquí. Llevo a todos en mi corazón y por todos rezo, en particular por los que sufren, y los pongo bajo el amparo materno de María Santísima, tan venerada e invocada en Galicia, en Cataluña y en los demás pueblos de España. A Ella le pido también que os alcance del Altísimo copiosos dones celestiales, que os ayuden a vivir como una sola familia, guiados por la luz de la fe. Os bendigo en el nombre del Señor. Con su ayuda, nos veremos en Madrid, el año próximo, para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud. Adiós."

2 comentarios:

monaguillo dijo...

Tienes que entender lo del Presidente, Angelito. Con lo de la "Oración" de Obama ya ha cubierto el cupo anual de rezos. Pobre hombre... si es que no lo entendemos. jajajajajaj

Gran entrada. Posiblemente seamos el país del mundo con la izquierda más cateta y menos formada. ¿Eso es de Record Guiness?.

Angel Henares dijo...

Totalmente, hermano. Los que no escuchan nada más que a los que les dan instrucciones, además de ser unos autómatas de la política y unos adoctrinados, son eso, catetos políticos que son incapaces de reconocer nada positivo en los demás y que en todo aquel que piensa diferente a ellos, encuentran un enemigo.
Mira estas dos entradas de opinión que hoy publica el Abc. Ya verás que buenas:
http://www.abc.es/blogs/perez-maura/public/post/zapatero-el-papa-y-la-educacion-britanica-6427.asp

http://www.abc.es/20101108/opinion-colaboraciones/nuevos-iscariotes-20101108.html

BEATIFICACIÓN DE JUAN PABLO II

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1 de Mayo de 2011

Año de la Fe 2012-2013