En los últimos días nos hemos encontrado con una auténtica cruzada de determinados sectores políticos en la que exigen y piden que se cambie la legislación para que la Iglesia pague el IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles). Esta campaña se ha recrudecido especialmente este fin de semana, con el lider de la oposición a la cabeza, indicando que se tienen que revisar los acuerdos con la Santa Sede y la Iglesia debe pagar impuestos.
El secretario de Organización del PSOE, Oscar López, ha comunicado hoy que su partido pedirá "en todos los ayuntamientos de España, que se cobre el IBI a la Iglesia". Es más, ha dicho que la Iglesia, "igual que todos", debe "apretarse el cinturón" y "contribuir como todo el mundo en la situación actual".
Bien, pues todo esto es una falsedad, es pura demagogía y es una grave injusticia, aparte de un acto populista bananero al más puro estilo de la Venezuela de Chávez, la Bolivia de Evo Morales u otras tantas.
Me explico:
Es mentira, porque no es cierto que no se pague el IBI en base a un privilegio que la Iglesia tiene por el Acuerdo entre la Santa Sede y el estado Español para Asuntos Económicos que se suscribió el 3 de enero de 1979 (en el marco constitucional, con rango de tratado internacional y refrendado por una inmensa mayoría del Parlamento español, comunmente llamado Concordato (fue en verdad uno de los cuatro concordatos que se firmaron tras la Constitución Española). El ámbito de exenciones que viven los bienes de la Iglesia están dentro de un marco todavía más amplio que aquel, y por supuesto que queda en muchos casos superado. Se trata de la llamada Ley de Mecenazgo de 2002. En esta ley (ley 49/2002 de 23 de diciembre de régimen fiscal de las entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo) se incorpora a la Iglesia católica al régimen fiscal que tienen TODAS las entidades sin fines lucrativos.
Por tanto es mentira, que exista privilegio alguno con respecto a la Iglesia católica, pues este mismo régimen de exenciones fiscales rige para partidos políticos, sindicatos, Cruz Roja, las
fundaciones, los consulados, las federaciones deportivas, las embajadas,
los terrenos de la RENFE, los inmuebles destinados a usos religiosos de
las comunidades hebreas, musulmanas o evangélicas.
Por tanto no existe privilegio alguno. La Iglesia se encuentra en el mismo lugar que otras instituciones, como la Fundación Pablo Iglesias, la SGAE, la UGT, CNT, la embajada de Cuba o tantas otras encuadradas en las dichas antes. Y sus edificios tampoco están en un status privilegiado dado que la Catedral de Granada tiene el mismo régimen que al Museo Arquelógico, el museo Thyssen, la sede de Izquierda Unida o el Hotel Palace de Madrid.
Es pura demagogia porque además de plantear esta campaña contra la Iglesia en plena campaña de la Renta (con un claro intento de desprestigiar a la Iglesia Católica, pero que creo tendrá poco crédito) colocandose enfrente del mágnífico programa Xtantos, no tiene base alguna viniendo de quien viene. Porque si ha llegado el momento de que nos apretemos todos el cinturón y de, como ha dicho Oscar López, "contribuir como todos"....¿Por qué no empiezan ellos mismos, los políticos, dando ejemplo? ¿Por qué el PSOE que también está sujeto al mismo régimen fiscal de la ley 49/2002 no pide que a los partidos políticos también se les aplique el IBI? ¿Por qué no se pide en los ayuntamientos que las sedes y Casas del Pueblo paguen también impuestos y "contribuyan como todos"? ¿Por qué no se bajan los sueldos y piden que se les quite la exención de IRPF que tiene de sus dietas y manutención (que supone un tercio de sus ganancias mensuales)? ¿Por qué no "contribuyen" como todo vecino, en vez de pedir para los demás lo que ellos no cumplen? Pues eso, porque es miserable demagogia.
Y sobre todo es tremendamente injusta esta petición por la gran labor pastoral, social, educativa y cultural que realiza la Iglesia Católica en nuestra sociedad. Una labor caritativa y de auxilio y apoyo social que tan necesaria está siendo en estos momentos tan duros que vive nuestra sociedad. La Iglesia se ha convertido en el punto de apoyo de numerosísimos ciudadanos (españoles e inmigrantes) que encuentran en los dispensarios, comedores sociales, residencias y demas centros asistenciales que pone al servicio de la sociedad la Iglesia sin preguntar por su nacionalidad, religión, clase social, sexo o condición.
Las puertas de Cáritas cada día acogen filas eternas de gente que encuentran su única esperanza en la Iglesia. A las que se les apoya psicológicamente, a las que se le forma para que encuentren empleo, a las que se les asesora para que salgan de esa situación, a las que se les proporciona un techo, una cama, un plato de comida. Y sobre todo a las que se les proporciona amor desinteresado, caridad fraternal, cariño auténtico, compañía en la soledad. Aparte de toda la labor educativa, asistencial, sanitaria, pastoral y sacramental que proporciona nuestra Iglesia, si más interés que el otro.
Como hoy he leído en Twitter, "que la Iglesia cierre un mes sus comedores y que se dediquen los sindicatos a dar de comer a todos los que se quedan sin comida". Estando en la misma situación fiscal que la Iglesia los partidos políticos y sus fundaciones, los sindicatos y sus fundaciones e instituciones como la Federación Española de Futbol o la SGAE......¿cumplen el mismo fin social y ayudan a tanta gente necesitada como la Iglesia? ¿Hay alguna institución, en comparación con las anteriores, que se merezca la exención de la Ley de Mecenazgo tanto como la Iglesia?
"Algunos ayuntamientos están contribuyendo a esta ceremonia de la confusión. Saben bien que no está en su mano cobrar el IBI. Saben que si envían el recibo de un edificio exento por ley, lo más probable es que se lo devuelvan. Y saben también que pueden seguir enviando a las parroquias a todas las personas desesperadas que ellos no atienden por falta de presupuesto, porque en este caso, no se devolverá a nadie y se acogerá a todos, sin pedir el dni ni la partida de bautismo."
De interés es explicar a todos los que están en la ignorancia sobre este tema el régimen fiscal de la Iglesia.
Esta es la realidad. Lo demás es mentira, pura demagógia, y una grave injusticia.
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